miércoles, 12 de septiembre de 2012

Tendencias de las Necesidades y sus Satisfactores



Desde antaño hemos escuchado hablar de la jerarquía de las necesidades de Maslow aceptándolas como buena y válida, sin embargo, desde el punto de vista de Richard Yalch y Frederic Brunnel[1], esta teoría debe ser repensada. Desde la óptica actual del marketing, las necesidades de los consumidores se basan más en el valor que ellos mismos otorgan a los productos que consumen. La belleza de un producto o la significancia dada define un estilo de vida del consumidor. Es más bien como un código en el que los consumidores se definen y clasifican socialmente por las cosas que usan y consumen. Esto así deja de lado el orden jerárquico dado por Maslow en donde las necesidades básicas pasan a ser secundarias en el esquema actual.

Por otro lado Max-Neef, considera que las necesidades humanas son pocas, delimitadas y clasificables. Son constantes en toda época histórica y cultura. Los satisfactores no son objetos materiales, si no construcciones culturales que pueden o no involucrar bienes económicos. Varían con el tiempo y la cultura, aún mas, permiten definirla. Los bienes cambian con los ciclos económicos, la moda, y son coyunturales. En conclusión, la teoría de Max-Neef identifica cuatro categorías de satisfacción (Ser, Tener, Hacer y Estar) para localizar posibles satisfactores para las necesidades fundamentales.

Finalmente, según algunas teorías los satisfactores de las necesidades pueden caracterizarse como violadores o destructores, esto es, que satisfagan una necesidad y paradójicamente no permitan la satisfacción de la misma necesidad en un inmediato o mediano plazo. Están generalmente asociados a necesidades de seguridad, como ejemplo de esto se puede mencionar en Deloitte, como es una entidad que maneja información confidencial de los clientes debe salvaguardar celosamente las informaciones que recibe, sin embargo los mecanismos de seguridad aplicados para lograr este objetivo (uso de servidores, encriptación de archivos electrónicos, etc.) puede limitar el acceso a tales informaciones limitando o retrasando en ocasiones el avance del trabajo.
[1] Advance in Consumer Research Volume 23, 1996. Páginas 405- 410

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